La inteligencia emocional en el aula

Por Laura Barril, profesora de Primaria
A lo largo de estos años en los que hemos estado formándonos para ser más inteligentes emocionalmente, nos hemos dado cuenta de que, como todo en esta
vida, lo estamos logrando por hábitos. Hacemos deporte y comemos bien para ser personas más saludables, así que, ¿por qué no incluimos en nuestra rutina hábitos que nos hagan más inteligentes emocionalmente?

Hábitos para trabajar la inteligencia emocional

Nuestra voluntad como profesores está en ayudar a los niños a conseguir este objetivo. Guiar el comportamiento cotidiano de nuestros alumnos es fundamental para ser personas: saber relacionarnos, hablar y escuchar, comunicar y gestionar emociones, ser asertivos, tomar decisiones, aceptar cumplidos… Todo eso nos ayuda en los problemas que surgen de forma cotidiana.

Por ello trato de que los aluminteligencia emocional en el aulanos tengan una serie de hábitos que cumplir como:

  • Reconocer sus sentimientos y los de los demás.
  • Expresar correctamente sus emociones y sus pensamientos.
  • Ser fuertes y no molestarse con facilidad.
  • Reconocer cuando se equivocan y rectificar, además de pedir perdón.
  • No se frustran por no obtener la perfección, pero la buscan.
  • Se cuidan y cuidan a los demás.
  • Se enfocan en lo positivo aunque haya conflictos.
  • Se rodean de gente que les quiere y les valora.
  • Defienden su asertividad. Saben decir no.
  • Aprecian y valoran lo que tienen.
  • Saben pasar página con respecto a los problemas del pasado.
  • Conocen sus debilidades y sus fortalezas y consiguen mejorar continuamente.
  • No les asusta cambiar.
  • Se mueven, proponen planes, no son víctimas y no se resignan a un papel pasivo en su vida.
  • Son dueños de su tiempo y organización del mismo por lo que lo emplean en cosas productivas.

¡¡Seguiremos aprendiendo a conocernos mejor a nosotros mismos y al otro!!

 

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