Pensamiento Emocional en Secundaria

Profesora: Carolina Garcia Miranda

¿Qué cambios/beneficios has percibido en el alumnado fruto de trabajar el Programa Pensamiento Emocional? Cuéntanos una anécdota de cambio

He notado muchos cambios pero el más importante de todos en la capacidad que tiene para darse cuenta de que necesitan y como se sienten. He notado que ahora son más conscientes de que es la empatía, la resiliencia, la asertividad, el autoconcepto, etc. les ayuda a resolver sus conflictos… Entre las anécdotas la más notable es que cuando un alumno siente por ejemplo la necesidad de calmarse bien porque tiene un examen o porque se ha enfadado o está triste le ves cómo te piden hacer mindfulness o tratan de aceptar la situación hablándolo para no dejarse llevar por sus impulsos, en definitiva ser conscientes de cómo se sienten para gestionar sus emociones. En la actividad transversal que he hecho este trimestre con mis alumnos donde tenían que exponer en inglés una situación en la que se han enfrentado a una frustración y tenían que aplicar los pasos para ser resilientes. Me ha sorprendido la capacidad que tienen de expresar situaciones en las que han sufrido dicha situación de frustración y como se han dado cuenta de cómo se sintieron, que hicieron que podían haber hecho y que habrían necesitado para sentirse mejor. Me parece espectacular el avance en los alumnos si lo comparo con los primeros años de la implantación del programa.

¿Qué le recomendarías a un profesor/a de secundaria (infantil, primaria) que quiere empezar a trabajar la Inteligencia Emocional con sus alumnos? ¿Qué pasos debe dar? 

Sin duda mi recomendaciones es que se forme en inteligencia emocional, que haga un trabajo personal de toma de conciencia de su inteligencia emocional, trabajando su autoconocimiento y autoconcepto, haciendo un análisis profundo de lo que vemos ( comportamiento ) y todo lo que hay detrás aptitudes, valores, creencias, etc. Muy importante descubrí cuál es su estilo de comunicación siempre buscando la asertividad, y su capacidad de empatía, la práctica de pensamiento positivo, la resiliencia para cuidar su propia autoestima,  sin olvidarnos de la regulación emocional mediante técnicas de mindfulness o relajación, estableciendo rutinas que hacen que los alumnos sean más conscientes de cómo se sienten y que necesitan. Creo que todo esto es fundamental para poder poner en práctica un programa de inteligencia emocional en su aula.

 

 

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